Directores(as) de escuelas y liceos de Providencia definen su postura.

Durante el último tiempo, hemos sido testigos de una serie de llamados desde distintos sectores, que han hecho públicas sus opiniones acerca del actual Sistema de Medición de la Calidad de la Educación (SIMCE) que opera en nuestro país.

Al respecto, como Directores de las Escuelas y Liceos de Providencia, sostenemos que una medición de la calidad de los aprendizajes, que entregue información relevante acerca de los niveles de logro de nuestros estudiantes, es un elemento indispensable para una buena gestión del proceso de enseñanza en cualquier establecimiento educacional.

En este sentido, deseamos como instituciones escolares, seguir contando con una herramienta de medición de los logros educativos, que nos ayude a analizar nuestro desempeño pedagógico y a operar los cambios que la misma evaluación orienta, en orden a mejorar nuestros procesos de enseñanza y aprendizaje.

Por ello, consideramos que el actual SIMCE debe ser mejorado sustancialmente en relación con algunas de sus características técnicas y especialmente, en relación al modo en que sus resultados son entregados y utilizados. Entre los aspectos a mejorar señalamos:

a-. Su carácter Censal. Aunque es valiosa una medición de todos los establecimientos con cierta periodicidad, es posible realizar una medición muestral que entregue información útil para la toma de decisiones en política educativa, sin necesariamente medir a todos los estudiantes de segundo, cuarto, sexto, octavo básico y segundo medio, año a año.

b-. Su carácter parcial. El actual SIMCE no evalúa la calidad de la educación como un todo, ya que solo mide una parcialidad del currículum escolar, dejando fuera una porción importante del mismo y excluyendo de la medición a un conjunto de áreas que le otorgan integralidad a la propuesta educativa de nuestro currículum nacional.

c-. La presión de logro que impone a las instituciones educativas de toda clase. Ello termina menoscabando la integralidad de la formación escolar y la amplitud del currículum, superponiendo algunos sectores de aprendizaje por sobre otros, impulsando a tomar decisiones erradas en gestión curricular y generando la creación de bolsones de áreas curriculares marginales.

d-. Su utilización para la construcción de rankings de calidad. Muchos de estos, no toman la precaución de corregir los resultados por nivel socio-económico o índice de vulnerabilidad escolar, distorsionando la mirada que la opinión pública se genera acerca de las instituciones educativas y sus verdaderas capacidades. La fallida experiencia de los "semáforos SIMCE" es una clara evidencia de aquello.

Valoramos la reflexión y la discusión que los y las jóvenes han realizado en sus comunidades y la diversidad expresada en ellas, sin embargo, nos preocupan los costos que la no rendición de la prueba pueda traer para nuestras instituciones las que por ahora, son medidas bajo este parámetro. Hacemos un llamado a los mismos para que rindan el examen con normalidad, de tal modo que la información obtenida ayude, junto a otros datos relevantes de nuestro desempeño, a fortalecer la formación integral de calidad que esperamos entregarles.

DIRECTORAS Y DIRECTORES DE LICEOS Y ESCUELAS DE PROVIDENCIA